“Nuestra obra por Cristo debe comenzar con la familia, en el hogar... (El ministerio de curación, p. 270). Muchos han descuidado vergonzosamente el campo del hogar, y es tiempo de que se presenten recursos y remedios divinos para corregir este mal” (Joyas de los testimonios, t. 3, pp. 62, 63).
El departamento de Ministerios de la Familia, reconociendo el importante papel de la familia, tanto en la vida de los creyentes como en la de los no creyentes, se propone fortalecer el hogar, como un centro formador de discípulos. En ese centro los miembros de la familia se sentirán apoyados en su relación con Cristo y con su iglesia através de sus relaciones interpersonales, y desarrollarán la habilidad de relacionarse con otras personas.
El departamento se propone propiciar una comprensión clara de los ideales de Dios para la vida familiar. Por lo tanto, el departamento invita a todas las personas, a los cónyuges y a los padres, a tratar de alcanzar los ideales divinos, ejercer el ministerio redentor y restaurador de Cristo. Los esfuerzos hechos en favor de las familias son considerados urgentes, vitales, y parte integrante de la misión de la iglesia.